La Jubilación del autónomo

La planificación es la mejor herramienta y no dejar en manos de otros el futuro

En general, cuando se es joven no se suele pensar mucho en el futuro cuando llega la hora de jubilarse. Los jóvenes piensan más en el día a día, porque eso de la jubilación la ven demasiado lejos. Sin embargo, este tema está muy candente, sobre todo después de las anunciadas reformas que ya están en vigor y que afecta a todos los trabajadores tanto autónomos como por cuenta ajena. No obstante, los autónomos a día de hoy salen más perjudicados a la hora del cobro de la pensión. Frente a un pensionista del Régimen General que cobra una media de 1.200€ mensuales, el pensionista autónomo cobra un 40% menos, es decir, unos 700€ mensuales. Esto, como bien es sabido, es porque los autónomos pagan a la Seguridad social una cuota mínima, por lo que su prestación a la hora de jubilarse será menor.

Una solución que se ha venido practicando en estos años atrás, es la subida de cuota cuando el autónomo cumplía los 47 ó 48 años de edad. Esa subida, de unos 500 a 600 euros mensuales de cuota, se mantenía durante los últimos años de vida laboral, para que la pensión fuera la más elevada y el 100% de la base de cotización.

Con las nuevas medidas introducidas, la cosa ha variado y mucho. Más que nada, porque el sistema de pensiones, que no es más que un sistema de reparto, a día de hoy es insostenible en un futuro y no muy lejano.

Cuando se creó el Sistema de Pensiones era totalmente sostenible. Era un sistema piramidal, es decir, donde la base (población más población activa) era mayor que la población jubilada. Pero la demografía española ha ido variando. ¿Qué significa? Que cada vez hay menos población activa y más población jubilada y esto tiene que ver también directamente con que nacen menos niños y por tanto menos personas que luego coticen en la Seguridad Social. Por lo que este sistema piramidal se invierte. Todo ello, sin mencionar que la famosa “hucha de las pensiones” cada vez tiene menos fondo.

Por todo ello, los Gobiernos intentan poner solución a toda costa para que el sistema de reparto sea viable. Viendo al presente, el autónomo que se vaya a jubilar en el año 2019, tiene que tener cumplido 65 años y 6 meses, no tener deudas con la Seguridad Social y haber cotizado como mínimo 15 años por cuenta propia y dentro de los últimos 10 años anteriores a la edad de jubilación, haber cotizado 2 años.

Estos requisitos son para tener derecho a la pensión. Luego hay que tener en cuenta tanto la edad de jubilación que, hasta el año 2027 va a ir aumentando progresivamente hasta los 67 años, y la cuantía para el cálculo que también va a ir en aumento. En el año 2019 hay que tener cotizados 22 años para cobrar el 50% de la base mínima y 37 años para el 100%. Decir que los años mínimos cotizados también van a ir en aumento hasta los 25 años cotizados que se alcanzarán en el año 2025.

Con la nueva reforma introducida el pasado año, aparece la figura del “pensionista activo”. Ya un autónomo puede estar jubilado y trabajando a la vez. Aunque suene incoherente, esto ya existe. Un autónomo se puede jubilar cobrando su pensión y a su vez seguir trabajando. Para ello, tiene que cumplir los requisitos anteriores. La cuantía va a depender si tiene o no trabajadores contratados. Si tiene la pensión de jubilación será del 100% y si no tiene el 50%.

La solución, diversificar. Este es el panorama actual, el futuro es incierto en cuanto al sistema de pensiones. Por ello, es hora de no dejar en manos de otros nuestra edad de jubilación. Por costumbre y por la poca cultura financiera existente en nuestro país, se ha confiado y se ha puesto toda nuestra inversión a la pensión de jubilación. Es el momento de construir nuestro futuro y la mejor forma de hacerlo es diversificando, es decir, no poner todos los huevos en una misma cesta, en la cesta de la pensión de jubilación de la Seguridad Social.

Es hora de tomar conciencia e invertir ahora para el mañana, que aunque no lo parezca, llega. El tiempo vuela y el tiempo es nuestro mayor aliado, sólo hay que saber cómo trabajarlo en nuestro favor.

Lo mejor es ponerse en manos de profesionales, como es el caso de Grupo Vivit. Hay que invertir para sacar rentabilidad, pero hay que hacerlo de manera segura. Una manera de invertir es adquiriendo inmuebles para el alquiler.

Otra solución es ponerse en las manos de un asesor financiero que calcule el nivel de vida de la familia, que calcule la o las pensiones, que verifique el Gap o diferencia entre ambos, que calcule el nivel de aportación para alcanzar ese Gap (éste dependerá de invertir bien o mal), que vea el nivel de aportación que puede permitirse una familia y por último escoger el instrumento más adecuado, ya que el 90% con el que están las familias trabajando no son el adecuado debido a que muchos de estos productos lo venden los bancos como si de una promoción de “comida” se tratase. Por ello, ponerse en manos de un buen asesor financiero, es la mejor solución ya que confeccionará un “traje a medida”, con la solución y los activos más adecuados, y la mejor estrategia. Así se podrá alcanzar los objetivos fijados de la mejor manera y lo más pronto posible y siempre con una gran seguridad.

Todos estos pormenores se pueden adquirir en la figura que posee Banco Mediolanum de su Family Banker, como es Carmen Fernández Sosa (carmen.fernandezsosa@bancomediolanum.es).

El tiempo es oro, nunca mejor dicho. Por ello hay que trabajar desde el presente para que cuando llegue el presente del futuro se viva de la mejor manera posible. Si de algo se puede aprender del ahora es poder tomar las riendas del futuro que está por llegar.

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